Manifestación de la Semana Santa en Lorca (Murcia) |
A
principios de la centuria decimonónica se comienzan a realzar los desfiles
procesionales el Viernes Santo, en la que en España se denominó como
"procesión oficial", la del Santo Entierro y/o Soledad. Solían ser
batidores del Ejército o policías municipales montados, ambos en trajes de
gala, incluso miembros de escuadrones de la Guardia Civil, los que formaban
parte del cortejo fúnebre de esta manifestación religiosa para darle mayor
solemnidad. Esto sucedió en numerosas ciudades españolas. Pero casi un siglo
antes, la alegoría del poder terreno, representada por los romanos que
acompañaban a los pasos, se enriquecieron con escoltas de caballería;
imaginación plena barroca para engrandecer el gran teatro de catequesis
católica que es la Semana Santa, más que testimonio histórico, pues la
caballería romana jugó un papel secundario en el ejército imperial ante el poderío
de las legiones de la ciudad de las siete colinas. En Castro del Río (Córdoba)
aún pervive esta escolta de caballería el Viernes Santo. Se trata de una
escolta de lanceros a caballo que tiene sus orígenes en la época dorada y de
esplendor del Barroco.
En
la Semana Santa de Lorca (Murcia) el caballo, en cambio, es vehículo principal
para mostrar pasajes bíblicos. En Lorca, desde principios del siglo XX, el
caballo sirve de apoyo para resaltar pasajes del Antiguo Testamento y hechos
acaecidos durante el Imperio Romano. Son cientos de caballos murcianos y de
algunos puntos de España los que se citan en una de las avenidas principales de
esta importante población de Murcia. Además, el Viernes Santo, desfila la Caballería del Triunfo,
una alegoría en la que emperadores defensores de la
Fe Cristiana montan espléndidos caballos.
Estos personajes lucen unos magníficos mantos bordados y esta caballería,
perteneciente al Paso Azul, es la anunciadora del triunfo del Cristianismo. En
Lorca el caballo es un elemento fundamental para realzar a personajes
principales, elevarlos a dignidades superiores y mostrar, montados a caballos,
una victoria, la del Cristianismo, que precisamente forjó Europa a través de
los siglos; una Europa que vio nacer la cultura caballeresca más importante que
ha existido.
En
Lorca, el caballo comienza a tener peso en cuestiones de fe, dejando de ser en
parte el olvidado del judaísmo y sirviendo como premonición del protagonismo que alcanzó en la caída y
posterior iluminación de san Pablo.
Fuente: Bolg Caballo e Historia
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